Economía Solidaria

Quizá la cosa no está en luchar contra la pobreza si no contra quienes la causan

Capitalismo febrero 27, 2009

A lo largo de toda la historia se ha perpetuado la dominación de una minoría privilegiada sobre una mayoría desposeída y sometida. Esto supuso la apropiación desigual de los medios de producción y de los bienes de uso, lo que dio origen a la propiedad privada y la explotación del ser humano por el mismo ser humano.


El capitalismo sólo valora la persona como poseedora de determinada cantidad de mercancía llamada «potencial laboral», en otras palabras, el ser humano representa para el capitalismo un mero objeto. En vez de ser valorada como una persona, como un ser humano único con valor moral y espiritual intrínsecos, para el capitalismo sólo cuenta el precio que cada uno tiene –que depende del beneficio económico que puede sacar de él.


Ya no se suele tener una relación personal con las cosas que una persona utiliza. En esa relación personal los objetos “adquieren” la personalidad de quien las emplea. Ahora, las cosas se poseen para usar y tirar. También se considera así a las personas, como cosas a las que usar para el propio beneficio y cuando no sirvan tirar, como mercancía que se encuentra en el mercado laboral y que no pueden tener personalidad propia.


Sin embargo, el ser humano aún siente la necesidad de tener y de ejercer una personalidad propia, fruto de una vida enteramente espiritual. Es una profunda necesidad, un enorme vacío que trata de llenar consumiendo. La ilusión de felicidad, de que sentirá su vida completa si obtiene un objeto más, le lleva a consumir. Desgraciadamente, puesto que los bienes no son más que cosas, no puede proveerse de un substituto ni de la personalidad ni de una vida espiritual, y así el consumo tiene que reanudarse una y otra vez. Este proceso, por supuesto, esta alentado por el Poder, que trata de convencernos para que compremos lo que no necesitamos, porque esto nos hará más populares, sexys, felices, libres, etc.


Pero, en realidad, esas necesidades no pueden satisfacerse por el consumo, por la compra de objetos materiales. Esas necesidades, tan profundas, sólo pueden satisfacerse ejerciendo una vida espiritual. Sólo entonces se produce un intercambio en la comunidad basado en valores humanos, fundamentado en el trabajo creativo y autogestionado.


Por supuesto, esto no quiere decir que se deba estar en contra de niveles de vida más altos o en contra de los bienes materiales. Al contrario, la libertad y una buena vida sólo son posibles cuando uno no tiene que preocuparse de tener alimento suficiente, domicilio decente ni de cubrir las demás necesidades básicas.


El capitalismo es un sistema económico que contribuya al crecimiento de los más graves problemas sociales de nuestra época.


Problemas de la sociedad

  • La pobreza, la exclusión y la marginación que afectan a multitudes de seres humanos, sectores sociales y pueblos enteros en diversas regiones del mundo.
  • La desocupación y la cesantía de porcentajes elevados y crecientes de la fuerza de trabajo.
  • Los límites e insuficiencias de la muy extendida economía informal o popular, que puede potenciarse y encontrar en la economía solidaria cauces apropiados para una mejor inserción en los mercados. La economía solidaria ha demostrado en muchos casos ser una alternativa capaz de conducir organizadamente a muchos trabajadores informales, a operar con mayor eficiencia, permitiendo la reinserción social y el progreso de vastos sectores que despliegan de modo independiente iniciativas que les generan ingresos y elevan su precario nivel y calidad de vida.
  • Las enormes y crecientes injusticias y desigualdades sociales que genera el sistema económico predominante, que se traducen en procesos de desintegración de la convivencia social, conflictos que se prolongan sin solución apropiada, ingobernabilidad y desafección ciudadana, acentuada delincuencia y corrupción, etc. Siendo la economía de solidaridad una forma justa y humana de organización económica, su desarrollo puede contribuir eficazmente en la superación de esta serie de graves problemas que impactan negativamente a nuestras sociedades.
  • La situación desmedrada en que en muchos países se encuentra la mujer en el ámbito del trabajo y de la economía, dificultada de acceder y de participar de manera protagónica en las actividades y organizaciones económicas, sociales y culturales. La economía solidaria ha demostrado ser una de las formas en que la mujer y la familia encuentran nuevas y amplias posibilidades de participación, desarrollo y potenciamiento de sus búsquedas basadas en la identidad de género.
  • La crisis de las formas cooperativas, mutualistas y autogestionarias tradicionales, desde la cual se percibe la economía de solidaridad como un camino apropiado de renovación y refundación de las búsquedas de formas económicas asociativas y participativas que pongan al hombre y la comunidad por sobre las cosas y al trabajo por sobre el capital.
  • El deterioro del medio ambiente y de los equilibrios ecológicos, derivados en gran parte de modos individualistas de producir, distribuir, consumir y acumular riqueza. La economía solidaria orienta hacia nuevas formas de producción y consumo, social y ambientalmente responsables.
 

2 Responses to “Capitalismo”

  1. Carlos Martinez Says:

    Creo que el eslogan debería ser contra el sistema usado, y no de lucha contra personas. El mejorar los sistemas y adecuándolo a sus objetivos iniciales de sostenibilidad, prosperidad y desarrollo (Back to the basics) con paz y amor entre las personas, el dar para recibir; el que mucho da mucho recibe.

    Volver a los preceptos de igualdad y prosperidad profesada por los grandes líderes de la historia, Jesucristo, Mahoma, Budha, entre muchos otros.
    Carlos Martinez
    «Por una Guatemala en paz y próspera»

  2. Veronica Says:

    Buenos días Señor Martínez,

    Muchas gracias por su comentario, me hizo reflexionar bastante y quiero exponer porque el eslogan habla de una lucha contra las personas. Mi opinión se basa en el hecho de que son las personas que crean el sistema. Yo pienso de que si queremos cambiar el sistema debemos empezar cambiando nuestra forma de pensar y de actuar. No quiero echar la culpa de la pobreza a un sistema porque seria decir que el sistema entero tiene que desaparecer para que se arregle el problema.

    Al contrario, pienso que todos podemos vivir juntos y que todos necesitamos la presencia de los demás. En este sentido, para poder compartir equitativamente el planeta, debemos considerarnos y apoyarnos. Como usted, yo pienso que las desigualdades resultan de qué hemos olvidado valores esenciales como la paz y el amor y por eso pienso que debemos unirnos y de una sola voz manifestar nuestro deseo de cambiar la situación.

    Me gustaría seguir compartiendo con usted acerca de sus comentarios,

    Muchas gracias

    Verónica


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